sábado, 26 de marzo de 2016

Lindes

Dentro de cuatro muros
-parece la habitación de Fermat-
tú estás sentado;
otro cuerpo a tu lado
lee tranquilamente,
tomando tu mano.

Estoy de pie,
apoyada en el muro que te enfrenta.
Y dicha pared me lleva a ti
como una presión que me arroja
 a ser espectadora de tu vida
y, además,
a ser aquella en quien confías
el cómo de tu felicidad.

Libres de

Tantas veces escribo lo mismo
para sembrarlo en mí:

somos libres,
estamos libres,
no hay lastre ni residuo.

Tú eres libre de no amarme,
yo soy libre de asirme a otras rocas.

Estamos libres de carga,
libres estamos de deberes.

Tu silencio siempre fue
la cuerda floja
por la que campaba esta relación.

Quizá ahora quieras convertirla en puente.