sábado, 28 de mayo de 2016

Este don no tiene quien le escriba


Para Nadie
para nada
Esto no es personal.
No pretendo decirle nadie a nada.
¿Cómo decirle a quien dice que te quiere
que no lo hace bien,
que no llega a convencerte?

Está permitido disimular,
no acusar de una infravaloración
sino fingir que el frío no te cala. 
Al final somos instrumentos
para el que toma sus propias decisiones.
Yo no lo hago,
mis movimientos tienen en cuenta
las consecuencias en los demás
en un radio de un metro desde mi centro.

Lo esencial a aprender en esta vida
es a poner límites, lindes, fronteras:
esto es mío, lo tuyo allí.
Tú ser negro,
yo ser blanco,
yo, petróleo,
tú, hambre.

África me sirve:
puedes tener los mayores recursos del universo,
Nadie {no} tiene interés en que aprendas a desarrollarlos,
Nadie {sí} va a querer que estés dentro de su puño
por si tiene que pedirte algo que no tenga.
Nadie {sí} te dará algo para sobrevivir,
pero no querrá que vivas ni que vueles.

Tú sola no eres nadie.

Eso te dice Nadie.

Tú solo eres gigante,
tú sola eres inmensa,
África es un continente triunfal.

Nadie {sí} te hizo creer que no
podías ser tu propio alguien.


lunes, 23 de mayo de 2016

Tres veces veinte

Con otros veinte años doblados
cambiará el cristal de mi vista,
cansada ya, además de miope,
¿empezará la existencia a cobrar sentido?,
¿se habrá ordenado la pobreza
por orden continental inverso?,
¿sabremos reutilizar,
aprenderemos a reparar, 
se quedará obsoleta la ostentación del poder?

Habrá seguramente un aire más contaminado,
quizá yo hable menos idiomas de los que me gustaría,
más de los que ahora logro imaginar.
Entonces  de casi todo hará veinte años,
ahora ellos son todos los que tengo.

En mi piel ya agarbanzada 
habranse posado ya tantas manos 
que mi memoria no recuerde
más allá que las de los labios de senectud. 

Pasan los años como si cada uno
fuera la condena
por no haber cumplido las promesas,
y cuando pasen tres veces veinte
me arrepentiré de haber sido quien soy,
o por el contrario
querré convencerme de que 
no pude ser de otra manera.

domingo, 22 de mayo de 2016

Traslucidus

Este amor traslúcido
invade las ventanas  de luz
que ni las persianas de acero ocultan
y se queda grande para mi ropa,
para mis maneras de regalártelo.
Pretende que nos hallemos claros,
no obstante, nos impide vernos,
y finalmente,
amarnos.

martes, 10 de mayo de 2016

Tu mayor don

Estiro de punta a punta,
con el tronco centrado
en esta cama tan ancha,
los brazos.

Así abrazo al vacío
-tu ausencia-
que finalmente
ya no logra
inmutar mi amor por ti.

Calma el vacío tu ausencia.

No estás,
no estarás,
nunca jamás enredadera.
No habrá jardín,
nuestra primogénita no será en abril,
no será Abril.

Abrazo al vacío y no hay nada
más cálido.

No era tu mayor don
la discreción, 
la servidumbre,
ni siquiera tu predisposición a escuchar.

Abrazo al vacío
que me brindan las ausencias 
de tu contorno y atención diaria;
y no hay nada más cálido que
descubrir, finalmente,
la libertad de amar
como tu mayor don.

domingo, 8 de mayo de 2016

La prosa desatasca tuberías

Podría escribir que te quiero cientos de veces en miles de poemas con muy diversos modos de expresión y con tantos recursos literarios, podría emplear todos los idiomas que hablo y hasta todos los del Google translator y aun así sería imposible decirte qué me pasa. Qué me pasa cada noche al cerrar los ojos, qué me pasa cada día en el instante que miro el reloj internacional para saber si es el momento justo para comentarte algo. No sabré nunca como decirte nada serio estando tan lejos. Yo solía hablarte con el tacto. Es absurdo lo que me pasa y no quiero que me pase, sino que pase por delante y se adentre en el olvido, y que entonces me importes de otro modo, y te quiera solo en un idioma.

Tengo que asumir las consecuencias de creerme que el presente nunca se convertirá en pasado.

lunes, 2 de mayo de 2016

"Diré que ya no quedaban días en los que me sintiese tan libre como para no poder amar a nadie salvo a la arquitectura de las ciudades ajenas" Emily Roberts

Ella me preguntará, como hice yo en su día,
¿Por qué volviste?
¿Por qué no te quedaste?
E.R.

He pisado las ciudades
y mis pies a veces han querido 
pegarse a la idea de ser libres,
de elegir qué asfalto, qué gravilla.
qué adoquín será su cobijo.

Tantas veces han pensado:
"ay, mi amor, pie mío, 
pisaremos tantas veces
chicles en este pavement,
o hilillos de helado sobre
el marciapiedi,
o quizá la calçada vecina
nos lleve a acariciar el mar
e introducirnos entre 
los granos de exfoliante arena".

Mis pies siempre piensan en esas cosas.

He abandonado Madrid,
he regresado a Madrid.
Me he enamorado en Madrid,
también fuera de Madrid.

No estar en Madrid 
no garantiza enamorarse,
estar en Madrid
garantiza un amor
de serie.

Mis pies no saben
que no es posible
sentirse tan libre
como para no poder
amar a nadie
salvo al 
Millenium Bridge,
la breve playa de Tynemouth,
el parque oasis de Agliana,
la heladería de Montale,
el Panteón de Roma.

Mis pies no saben
que no están solos en este cuerpo:
que ellos son los únicos que me pertenecen.

El resto de mí son fragmentos
que me prestan los seres que amo:

De mi madre el corazón
y de mi padre la cabeza.
Los ojos los dejé en Madrid
al irme y los reencontré abandonados
(solo son  totalmente míos a ratos).
Mis manos parecen estar en su sitio
pero su verdadero dueño está tan lejos
que, tristes, no saben asir ni trabajar,
apenas obedecen a los quejidos
de las tripas, que tampoco son mías,
son de mi hermano. 

Sólo son míos mis pies,
ellos no tienen sesera,
están hechos para correr,
pero no saben de mapas,
no conocen ni el norte ni el sur.
Ellos no saben que tener el cuerpo
dividido en tantos dueños
es la mejor manera de pertenecer
al mundo,
aunque haga difícil decidir dónde situarse.