domingo, 24 de mayo de 2015

Mayo florido Madrid que renace

 
 
Tengo en los genes
un país que me da miedo,
que tantas veces no piensa,
que grita en alaridos
una euforia vana de cuero rodante;
que otras tantas solo quiere
arrebatar con egoísmo todo gratis,
ser pícaro,
ladrón de novelas,
y es mísero y rastrero
y considera la honradez
ridiculez absurda.
 
Y esa nación me da miedo
y me horroriza,
porque no quiero rodearme
de gente que no piense,
ni abra los ojos para ver
cuántas excusas nos ponen para
justificarse en que somos como ellos.
 
Y sin embargo,
siempre se enciende la luz
de la inteligencia del pueblo
que no la tiene porque estudie
sino porque se indigna y rabia,
y en su eterna empatía
 siente el frío del que ya no tiene techo,
el rugir del estómago con hambre
y al final,
se atreve a morder la mano que roba,
porque no tiene nada que ver,
en absoluto,
con nuestros genes.


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