sábado, 15 de enero de 2011

Absurdas reflexiones sobre una muerte anunciada

He comprendido algo horrible:
La soledad solo nos afecta a los libres.
Los encarcelados no tienen libertad, y, ¿Qué más da si tienen o no compañía?
Pero los libres... no queremos nunca sentirnos solos.

Qué hacemos con tanta tanta libertad si no podemos compartirla, disfrutarla a medias, si es solo un tiempo libre de libertad que libremente queda vacío...

Qué hacemos entonces los libres, libre , libre y solos, malditamente solos, precisamente porque estamos libres.

Existen muchas formas de encarcelarse, y algunas son muy dulces. Jaulas doradas, de gominola o incluso de nubes. Pero bueno, el color dorado acaba disipándose para dar paso a su amigo el cobre, a quien ocultaba. Y las gominolas, queridos, se acaban, y te pican los dientes, te dejan ardor estomacal y terminan con toda tu energía. En cuanto a las nubes, no es por ser escéptica pero... soportan muy poco peso, y solo puede ser producto de tu imaginación pensar que flotarás en ella por mucho tiempo.

Los métodos dulces son los menos efectivos. Al final se truncan y esas jaulas quebradas te devuelven a tu antiguo estado de soledad, de libertad absurda, esa que alguna vez en la jaula, acompañada por toda la dulzura deseaste volver a recuperar y que ahora detestas. Todos los sueños dorados se han partido en mil pedazos. Esas criaturillas que veías a tu alrededor... ya no puedes verlas ¿verdad?

Pues así es. la única jaula duradera es la de hierro. La más fría, la más fuerte. Inquebrantable. Inamovible. Es una jaula muy segura, y nunca te sentirás sola, porque todos tus miedos, inseguridades y lamentaciones te perseguirán día y noche. Entre los hierros  y el mundo hay una distancia que la gente no  se atreve a pasar, porque siente que al acercarse su pulso se acelera y la cabeza le duele. Nadie debe acercarse a esa jaula. Es la jaula de tu no soledad, ¿verdad?

Y... Qué absurdo, qué absurdo, qué absurdo... escribir esto a las 12... sin un porqué o con un cómo, sin un ahora o sin un después, qué más da, si ya no se lo que me digo porque la jaula férrea me ha quebrado la idea principal... qué mas da, si después de todo, todo ha sido nada.   

2 comentarios:

  1. ¿De qué vas? ¿Evocas en el título a la novela de Márquez para terminar medio citando a Hierro (cuyo poema está en el Tuenti de Kika, por cierto)? =P No es tan absurda tu reflexión, la verdad... De primeras, ya quisieran muchos simplemente tener la capacidad para hacerla ^^ Pero vamos, me abstengo de comentar en profundidad, porque realmente me ha gustado bastante. Sigue así <3

    ResponderEliminar
  2. jajajjaj ay nachito =) qué listo eres!
    era consciente de citar a Hierro y a la vez mi poema favorito (soneto Vida) pero no sabía que Márquez me hubiera plagiado el título jajaja es la fuerza del subconsiciente =)
    tengo que cotillearte un poco ^^
    gracias por alabar mis absurdas reflexiones, quizá, a pesar de lo impulsivo de su existencia no sean tan absurdas ^^

    ResponderEliminar